HISTORIA
En 2017, el Consejo Universitario aprobó la adquisición de un Fondo Documental con el objetivo de incrementar el patrimonio documental y fortalecer el proyecto “Memoria” de la Máxima Casa de Estudios. La colección consiste en una serie libros de temas generales y documentos hemerográficos editados en varias regiones del país durante la primera mitad del siglo XX.
Periódicos y revistas han sido medios de comunicación, hasta ahora impresos en papel. Estas publicaciones periódicas se caracterizan por la cantidad de información y diversidad de textos e imágenes. Los artículos, crónicas, entrevistas, reseñas, fotografías, guías, agendas, anuncios y más, contenidos en estas publicaciones representan el ideal de una época y los intereses de un grupo determinado. La periodicidad de estas varía entre publicaciones diarias, semanales, quincenales, mensuales, bimensuales o anuales. Además, van dirigidas a un público diverso.
A finales del siglo XIX y gran parte del XX, los cambios sociopolíticos a nivel nacional e internacional quedaron registrados en cada publicación. El debate entre la ideología liberal, conservadora y comunista convirtió a los periódicos y algunas revistas en bandera de lucha política. La ciencia informaba los avances y resultados de sus hallazgos, literatos y poetas cautivaron con sus fábulas, cuentos, poemas, sonetos y más. De igual manera los investigadores compartieron sus descubrimientos. Y todos ellos amparados en la libertad de expresión contemplada en la Constitución Federal de 1875 y posteriormente y hasta la fecha en la Constitución Política de 1982[1].
Honduras como el resto de América, se vio influenciada por toda esa práctica periodística, y con la llegada de la imprenta a las diferentes regiones, se produjo un auge en la producción de periódicos y revistas.
Las primeras ediciones fueron las Gacetas del Gobierno (25 de mayo de 1830, posterior a la llegada de la primera imprenta el 4 de diciembre de 1829 e instalada en el cuartel San Francisco de Tegucigalpa). En el siglo XIX se dieron unas pocas publicaciones no oficiales, pero a partir de 1900 incrementaron considerablemente. Convirtiéndose el medio, en campo fértil para el surgimiento de directores, editores, cronistas y corresponsales de la talla de Víctor Cáceres Lara, Alejandro Navas Gardela, Vicente Cáceres, Carlos Roberto Reina, Julián López Pineda, Ramón Amaya Amador, Alejandro Castro, Antonio Ochoa Alcántara, Oscar A. Flores, Manuel M. Calderón y en el campo femenino Graciela Bográn en Alma Latina, Nora Landa Blanco de Schawer en El Imparcial y como redactora de El Día de San Pedro Sula, Cristina Hernández de Gómez en Atenea de El Progreso, Yoro. Ana Rosa viuda de Carías en Anales del Archivo Nacional, Victoria Zúniga con la revista de la Escuela Normal de Señoritas, Aurora A. Mondragón en Sangre y Sabia, Juliette Carrera con La Mujer Nueva y muchos más.
Los temas son diversos y las fuentes variadas para conocer más sobre el acontecer diario y la influencia que eventos mundiales tuvieron en la vida nacional.
[1]Según La Constitución Federal de 1875, Título XI, artículo No.175 expresa que no podrán el Congreso, las Asambleas, ni las demás autoridades coartar en ningún caso por pretexto alguno la libertad del pensamiento, la de la palabra, la de la escritura y la de la imprenta (emitida el 22 noviembre 1824). En la Constitución de Honduras de 1982, Decreto 31-52, Título III, Capítulo II, artículos 72-75 disposiciones especiales sobre la libertad de expresión.